Una etapa inolvidable

¿Que onda gente como han estado? Ya se que he andado un poco perdido por estos rumbos de nuestro blog, pero son varias cosas las que se han presentado estos días, que me he visto algo imposibilitado de hacer cosas que regularmente hago y claro, de estar aqui con ustedes compartiendo parte de mis experiencias y placeres. En esta ocasión quiero compartir con ustedes parte de lo que ha sido este último semestre de mi carrera, uno que no olvidaré y que nunca me imagine que sería, como lo he vivido hasta este día que les escribo. En las pasadas vacaciones de navidad, comentaba con mis amigos que este úlitmo semestre, sería uno tranquilo, ¡con muchas actividades claro! puesto que esto de la graducación implica estar de lado a lado llevando papeles y pagando infinidad de cosas, asi como juntas, correos, discusiones, etc,etc,etc, pero que no pasaría de ahi. Veía este semestre como cualquier otro... con la única diferencia que sería el último de mi carrera profesional pero, hasta ahi, parecía todo normal... El semestre comenzó y casi todo mi primer mes, la pase con mis pensamientos en otra parte, pensando en cierta persona, mientras cumplía mi procesos de catarsis. Esto afecto mucho en mi persona, pero no para mal, sino para bien. Me hizo ver el mundo de otra manera y mi filosofía para enfrentar cualquier problema, cambió de forma radical... El semestre continuó y las vacaciones de semana santa me condujeron a otra experiencia grata y digna para tenerla presente el resto de mi vida, anduve de misiones, que quiero aclarar que no fueron misiones muy convencionales, la verdad es que fueron unas un tanto fresas, aún asi no quita el hecho de que fué algo muy padre, algo de lo cual aprendí mucho y de donde obtuve muchas buenas y sinceras amistades. Terminando las vacas de semana santa sobrevino una oleada de trabajo intenso, pocas horas de sueño (hasta la fecha)y pendientes por doquier. Aún asi trate de mantener vivo algo que me envicia y despierta en mi un estado permanente de alegría, claro, me refiero al baile, muy particularmente a la salsa. Mientras más avanzaba los días más se me venía a la mente que a la vuelta de la esquina estaba nuestra presentación de baile, aqui en la uni, y que esta sería mi última como estudiante de profesional...Este domingo fué ese día... Fué un día excepcional, lleno de baile, alegría, ánimo y mucha buena vibra fluyendo por doquier. Las dos presentaciones que tuvimos estuvieron excelentes, y que mejor que fueran así, puesto que la clase de salsa 2 (en la cual estaba yo) cerrabamos el tan esperado evento. Al terminar la segunda presentaqción estuve al borde del llanto y es que me encontraba con mucho sentimientos encontrados. Estaba feliz por haber logrado la meta de nuestro curso con exito, de haber vivido esa experiencia nuevamente y tan intensamente, pero pues tambien estaba el hecho de que podriá ser la último de este tipo. Para cerrar con broche de oro, este semestre me ha traido una experiencia no muy grata, pero que esta dejando una huella importante en esta etapa, y me refiero a este brote viral de la influenza. El día de ayer al terminar nuestra segunda presentación y al cerrar el evento, una voz hueca y profunda anunciaba que las labores escolares se suspenderían y quedarían en este estado hasta el próximo 6 de mayo. Tengo que confesar que en ese preciso momento varios de mis compañeros de salsa al igual que yo saltamos de alegría al saber que no habría clases hasta la fecha mensionada, puesto que eso implicaría que nuestras entregas ya proximas (en esta semana) se retrasarían dejandonos más tiempo para realizarlas. Pero ese estado de euforia colectiva, cambio por lo menos en mi, casi al instante, al ver el semblante de natalie (mi pareja de baile), la cual dado a su estado de extranjera, este tipo de prevenciones y de proliferación del virus le impedirá regresar a su país natal (Alemanía) si es que esto no prospera en corto plazo. Así que mi semestre en resumidas palabras ha estado asi, lleno de experiencia, buenas y otra no tanto, pero de las cuales he aprendido mucho y me han hecho crecer como persona. Además he reafirmado (aunque de esto no veía la necesidad) de que los amigos siempre van a estar ahí, aunque nos separen ciento o miles de kilometros. Y de que los dedos de una mano, ni siquiera los de las dos, alcanzan para contar a los verdaderos amigos, solo es cuestion de abrirnos al mundo y no cerrarse ante el. ¡Gracias a todos y a vivir nuevas experiencias, que la vida es corta y hay tanto por hacer! Saludos.